lunes, 2 de septiembre de 2019

Mi gato

Es lunes por la mañana y mi gato sigue con la cabeza cortada porque no tengo pegamento suficiente como para unirla de nuevo a su cuerpo disecado, es así de sencillo y de triste, como el resto de lo que me rodea, y no deja de ser significativo que su cabeza me miré sin expresión alguna desde una de las esquinas de esta habitación vacía en la que me he recluido desde hace días porque me da miedo salir, me da mucho miedo enfrentarme al exterior, a todas esas personas sin rostro y conversaciones banales que hacen arder y explotar mi cuerpo por dentro, y es sólo por eso por lo que he tenido que asfixiar a mi gato antes de que muriese de hambre en una agonía imposible de ver y muy difícil de digerir, porque el pobre no tiene la culpa de que no sea capaz de salir de casa para comprarle comida

No hay comentarios:

Enfermedad

  Ahora que tu vagina sangra he de decirte que te quiero y mientras el mundo explota a nuestro alrededor se me encharca el cerebro con imá...