lunes, 17 de mayo de 2021

Arrastrado

 

Trataste de ganar tiempo cuando todavía no había ni un comienzo.

Puede que no hubiese nada más lejos de mí que tu verdadero yo.

Aquella felicidad, aquellas promesas, aquellas noches sin alma...

Como de ventrílocuo.

Nada espero, nada me fue matando.

Ibas devorando nuestro tiempo con tus verdaderas creencias

en el ático hinchado de mi mente abovedada.

Mi vacío aterrizó histérico sobre un sueño aplastado.

Apenas reaccioné, me limité a fluir química en los jugos gástricos.

Los sentimientos encerrados en botellas de alcohol

rebotaban y avanzaban por mi sangre adulterada

como átomos encolerizados que ahogué para no dañarme.

Aún más.

La neblina se fusionó en mi cerebro con un zumbido tono sepia

y la esperanza imploraba recortar mi fresa con cuchillas de afeitar
para poner en tonos oscuros el desgaste de una reprimenda recitada.

Sí, sí, fui una silla libre y un teléfono que nadie cogía

Un cerebro inconsciente e inconsistente que envejeció una noche.

Con el recuerdo inerte de un tiempo seco

del que sólo brotó la tristeza más dolorosa.

miércoles, 12 de mayo de 2021

Delirio número 1

 

Miro la fruta y puedo oler la flor del suicidio

Disparar otra vez y disipar lo que significa.

Abrir un diminuto agujero en mi cráneo

y dejar flotar el fantasma de mi pasado.

Permanezco encerrado en una perrera sin ánimo de ladrar.

El clima me produce sueño,

pero ¿quién cantará en mi obituario?

Perdí tu aliento y sabes que también a nuestra mascota.

Disparaste a mis alas bonitas cubiertas de mierda

para así sentirte libre.

Moretones en mi cumpleaños y glándulas sin edad

para despedir la primavera de mayo.

Observaste el parásito de mi lado obsceno,

el ectoplasma de leche del que soy anfitrión,

y vomitaste todo el rencor que albergabas.

Endorfinas de recuperación justo antes de sentirme morir.

Anoche me reventó el estómago y tú dejaste de existir.

Ni siquiera te despediste.

Simplemente desapareciste por el sumidero de mi arteria

como un filete envuelto en un sueño.

Puedo ser carne cruda de suicida y compartir nuestra deyección

cubierta de flores marchitas con olor a anís.

O así lo recuerdo poco antes del apagón.

Ahora sueño con beber, pero ya estoy muerto.


martes, 11 de mayo de 2021

Esquizofrenia

 

Rocas en el techo

y plástico en tus extremidades rotas.

Extiendes simplemente tu auténtico cielo

hacia alguien vestido de poliéster que espera ocurrir.

Quisieras ser una falsa identidad

para librarte del hombre que fuiste.

Y te vas, me voy, a través  de lo que sientes,

y con ello evitas los abrazos cubiertos de accidentes

de tu tierra siempre en desuso.

Canta, siéntela.

Hay un desastre cerca de tu nuca, escondido tras un árbol.

Aléjate y dilata tu falsa sombra

para que pueda consumir todo aquello que ella probó.

No ganas nada,

sólo un quebradizo segundo de felicidad

que significa la eternidad efímera.

No, solo puedes roer lo que ella destruyó

y no desmoronarte.

Andas por náufragos paisajes que siempre parecieron tu ciudad.

Corres destrozado, solitario, mientras hablas de amor sangrante.

Deliras auténtico como un enfermo que compró cirugía.

Y no puedes esperar más, quisieras poder volar

en pedazos

Todos aquellos planes que significaron ella…

Y tropiezas sobre los brazos del hombre,

los brazos,

los abrazos.

Te consumes en la oscuridad.

Ahí estás esperando una señal que te aísle de la gravedad.

Ahí estas, hombro con hombro con tu falsa realidad

Somos de goma y alguien te hace hablar.

Enfermedad

  Ahora que tu vagina sangra he de decirte que te quiero y mientras el mundo explota a nuestro alrededor se me encharca el cerebro con imá...