Rocas en el techo
y plástico en tus extremidades rotas.
Extiendes simplemente tu auténtico cielo
hacia alguien vestido de poliéster que espera ocurrir.
Quisieras ser una falsa identidad
para librarte del hombre que fuiste.
Y te vas, me voy, a través de lo que sientes,
y con ello evitas los abrazos cubiertos de accidentes
de tu tierra siempre en desuso.
Canta, siéntela.
Hay un desastre cerca de tu nuca, escondido tras un árbol.
Aléjate y dilata tu falsa sombra
para que pueda consumir todo aquello que ella probó.
No ganas nada,
sólo un quebradizo segundo de felicidad
que significa la eternidad efímera.
No, solo puedes roer lo que ella destruyó
y no desmoronarte.
Andas por náufragos paisajes que siempre parecieron tu ciudad.
Corres destrozado, solitario, mientras hablas de amor sangrante.
Deliras auténtico como un enfermo que compró cirugía.
Y no puedes esperar más, quisieras poder volar
en pedazos
Todos aquellos planes que significaron ella…
Y tropiezas sobre los brazos del hombre,
los brazos,
los abrazos.
Te consumes en la oscuridad.
Ahí estás esperando una señal que te aísle de la gravedad.
Ahí estas, hombro con hombro con tu falsa realidad
Somos de goma y alguien te hace hablar.
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