martes, 30 de marzo de 2021

Siempre perdiendo

 

No cambia… No cambia… Me hace vestir de colegiala para follar y yo necesito drogas para hacerlo… Para sentirlo… Pastillas… Alguna pastilla que otra… Nos vamos… Nos vamos… Ya nos hemos ido… Y él gira su pequeño mundo ante mí para dejarme desconcertada… “Haré todo lo posible para no cargarnos aquello que hemos construido”, dije… Hay un niño pequeño dando vueltas por la casa, y otro escondido en su habitación… Él me besa en el cuello y me pregunta si no quiero tener un hijo suyo… Me besa en el cuello y chupa mis dientes… Alguien tiene que limpiar todo esto, vestirse de puta y acostarse en la cama… Alguien tiene que tirar del carro… Fue divertido al principio… Todo es divertido con una botella de vino en medio… Pero ya no hay sorpresas… Mejor así, sin sorpresas… Mejor cuanto peor… Me besó en el cuello y me preguntó si querría un hijo suyo… Estábamos en el autobús cuando sucedió aquello… Un hijo suyo… Bonito lugar para proponer algo así… “No te pongas pesado”, dije… La mujer de delante se giró y clavó su recia mirada en mí… Sentí indiferencia… No volvimos a hablar del tema… Pero en los inicios todo fue relativamente divertido… “No bebas tanto”, le decía, pero todas las noches importantes terminaba borracho y poniéndome en evidencia… Estaba perdido, más perdido que yo… Perdido y ciego… Pero fue divertido… Hasta cierto momento… Me abría de piernas sin quererlo, sin desearlo… El sexo se fue reduciendo a la mínima expresión… Y yo me masturbaba pensando en la lista de la compra mientras él me estrujaba los pezones… Después, el descanso… Uno mirando a la izquierda, el otro mirando a la derecha… Hay un cuadro y nada más… Cierro los ojos y me imagino muy lejos de aquí… Tengo sueños que ni él imagina… Quiero viajar, volar… Y él sólo quiere besarme el cuello y decirme cuánto me quiere… “¿Me quieres?”, pregunto… ¿No?... ¿Sí?... ¿Me quieres?... Es un desastre andante y no sabe ni quién es… “Una depresión”, me dice… “Tienes una depresión”, dice mientras deja caer su tierna mano sobre mi hombro… Y yo le creo, o quiero que crea que le creo para no tener que enfrentarme a la realidad… Persiste… Persiste… No pensé… Sólo seguí el hilo de mierda que mi cuerpo me estaba dejando libre… Ni lo medité… Perdón… Perdón… No sé qué tonterías he escrito… Tal vez sea así… Son mis tonterías, mis pensamientos del día a día… Y si algo quiero que quede claro es que le quise, pero estoy enferma… Ahora lo sé… Enferma de él… Metida en un círculo peligroso del que me es imposible salir sin llorar, sin sangrar… No sé cómo hacerlo… Lo desconozco… Creo que no hay malestar que no sienta… Malestar hacia él y, por supuesto, hacia mí, hacia nosotros… Ese nosotros que no sé si alguna vez… ¿Sí?... ¿No?... ¿Quién sabe?... Intento no pensar en ello para no tener que vomitar la verdad… Su verdad… Siempre tan vehemente y asquerosamente borracho… Sus dientes en los míos, y un hedor a orina procedente de su entrepierna que congela mi nariz… Pero al principio no fue así… Al principio fue divertido… Ojalá todo fuese más fácil… Tan fácil como pasar una semana metida en la cama y vomitar hasta el hartazgo todo lo enfermo que se aloja en mi interior… Pero no… No… Sí… ¿Sí?... ¡NO!... ¡NO!... No puedo estar atenta de todo… De agradarle, de salvarle, de limpiar mis heridas, de mis palabras, mal dichas, mal habladas, y hasta de mis sueños… Porque yo tengo sueños… Sueños que él desconoce… No le importan… No quiero contarlos… ¿Para qué?... No quiero… No quise… ¿Cuándo estamos?... ¿Dónde soy?... Y duele… Duele mucho… Duele darse cuenta de que soy todo aquello que siempre odié… Rastrera, incrédula, desconfiada, soñadora y sorda… Miro cómo todos mis sueños se deslizan por mis piernas abajo… ¿Qué es todo esto?... El movimiento constante de mis pies no altera mi perspectiva… Mi vida, más que estable, es estática… Y los años pasan… Pasan… Para él también, pero no parece importarle… Ya está muerto… Todo parece haberse congelado en el espacio de un pequeño reducto donde no puedo gritar… ¡GRITAR!... ¡GRITAR!... Y nadie me escucha… Ya nadie quiere escucharme

No hay comentarios:

Enfermedad

  Ahora que tu vagina sangra he de decirte que te quiero y mientras el mundo explota a nuestro alrededor se me encharca el cerebro con imá...