Amén

Pechos uniformes que se excitan con la visión de mi sexo latente inocuo ralentizado en espermas corruptos de visión nocturna la vista verde la sangre roja caliente ardiente golpea mis sienes supurantes de líquido mezclado con alpiste para rellenar mi cerebro lames mi rostro cada vez más enjuto se marcan los pómulos en la piel como rocas salientes en una playa manchada de fuel la lengua arriba y abajo como si pudieses borrar mi cara y dibujar el de otra persona más guapa más excitante sé que lo harás y no te culpo por ello drena mi pene inflado hasta dejarlo seco y rellena el vaso de cristal recién fregado que descansa en la cocina para que bebamos leche cruda en o como celebración de los actos acaecidos vierto lágrimas de cristal afiladas que arañan mi cara estéril mientras mis ojos en blanco miran al interior de mi cabeza infecta para buscar problemas donde nunca antes los hubo venas varicosas que se hinchan en mi mente cargadas de gasolina quemada y mercurio enrojecido producen jaquecas inmensas e infinitas en las que creo morir o mi cabeza explotar siéntate hablemos de otras tierras otros eventos lo que sea con tal de olvidar y apaciguar el alma torturada que se extiende por mi cuerpo los dos desnudos yo río tu ríes yo me masturbo tú miras y el aire adquiere nuestros aromas primigenios para crear una atmósfera salvaje pero inocua te abres de piernas yo miro tu sexo excitado rojo y supurante de flujos ingrávidos me dice palabras de amor que chapotean que flotan en el aire hasta golpear mis oídos gastados de tanta música estridente y tanta poesía triste me acerco para oírlo mejor pego la oreja a tu vagina húmeda que susurra te quieros y cariños varios no puedo hacer otra cosa que besar esos labios hundir mi lengua afilada en ellos para buscar el tesoro que se me esconde bebo flujos que me transportan más allá del arco iris a una tierra de iguanas y calor soporífero de mulatas muertas que pasean sus caldos efímeros en viejas ollas de condensación baja me pregunto qué hago yo aquí y llego a la conclusión de que debo de estar muerto sin duda algún veneno se escondía en tu sexo privado y corro por un campo seco en el que la tierra se resquebraja a mi paso mientras el fuego rodea toda mi visión es este calor el que no me deja pensar con claridad y los niños corren a quemarse vivos y notar el crujir de sus pieles al arder y el crepitar de sus ojos sin vida poco antes de explotar qué hago yo aquí sea donde sea siempre me hago la misma pregunta sin obtener respuesta alguna satisfactoria sólo sobrevivir hasta que me llegue la hora y ahora noto tus piernas apretar mis sienes y apenas oigo murmullos y sollozos cargados de erotismo que tu boca roja abierta deja escapar en suspiros lechosos intento lamer tu vagina hasta borrarla para poder dibujar otra más amarga más dulce por donde pueda viajar a sitios más apacibles y sentir el vértigo de la vida artificial que de vez en cuando manifiesto.