lunes, 3 de agosto de 2020

Nos iremos

Nos iremos.
Nos iremos.
Pero vosotros ya os habeis ido.
Me dijiste que era una buena oportunidad
para empezar de nuevo y dejar atrás
toda esta mierda.
Y resultó que la mierda era yo.
Nos iremos.
Nos iremos.
Y vosotros ya os fuisteis.
La casa vacía y el radiador apagado.
Las persianas bajadas y nada en los armarios.
Los platos sucios en el fregadero
y el cecinero repleto de colillas
que siempre fueron mías.
Nos iremos, dijiste.
Nos iremos.
Pero tú ya te has ido.
Me compraste con dos botellas de vino barato
y un montón de promesas.
Me hiciste creer que me querías
y que deseabas dejar atrás toda esta mierda.
Pero la mierda siempre fui yo.
No me di cuenta hasta que os marchasteis.
Entonces comprendí todo.
Las pastillas esparcidas sobre la mesa
y la botella de vino en mi regazo.
Tengo la boca seca de tanto pensar
sin comprender lo sucedido y lo que pasará.
Este vacío me mata;
esta casa que ya no es la mía;
esta indiferencia destructiva;
esta muerte en vida.
Nunca hubo una despedida tan insipida.
Me voy.
Me voy.
Ya me he ido.

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