miércoles, 4 de diciembre de 2019

En sueños...


...las neuronas estallan en algunos de mis disparates más incesantes y electrificados, es la mezcolanza que tomamos para poder olvidar, resulta pues demasiado grosero decirme algo cuando permanezco sumergido en los suaves pliegues de mi cerebro, me provoca un ataque de nervios el sonido de tu voz, nos sentamos alrededor de mi interior estúpido, fui, creí, enséñame las transmisiones que interrumpen mi muerte en directo con los narcóticos dispuestos en completo aislamiento, silencio, reír muy de mañana por el hecho de escapar, adiós, qué se esconde mientras en el espacio, sé hablar, en esta jornada interminable me pides de forma constante y dormida que me explique, enseñas los dientes como un arma maravillosa, escupo sobre mis zapatos, miro el reloj, me mareo con sólo pensar en el tiempo perdido, repites palabras fricativas ocupadas en voces surgidas del pozo que hay en tu cara, chocamos sin decidir si abrías tu cara oculta por la sien no primaveral, me invitas a un café mientras cruzas las piernas y consigo ver tus bragas, tienes un agujero en tus silabas, sin estas palabras no hay forma de romper mis huesos, vuelvo a la vida que una vez tuve, ponme una taza, el infierno es la acumulación de nuestros espejos, no necesito más retoques en mis órganos blandos, quiero decir algo pero es imposible juntar las letras que encuentro, mi boca expulsa conceptos e ideas alteradas, es un pensamiento distorsionado, sé qué quiero hacer contigo aunque suene ridículo, salgo de mi ropa y dices que soy como un brillante recubierto de plástico, me asusta que no te asustes, ¿tú también deseas lo mismo?, me queda tan poco por hacer…, de eso estoy seguro, en segundos te engancho rompiendo tu concentración, la gente nos mira pero tienen sus propios problemas,  otros brazos de charol que se introducen por tu vestido,  nuestras bocas forman un brindis y las cabeza funestas estallan en milésimas de segundos, mis días vuelan dando hidratación a los afilados deseos de los que no me asusto, reímos, ¿te gustaría que te arrancase tu ropa interior? tus formas sibilantes me hacen pensar en imágenes que alguna vez soñé, recibo tus labios con simples intervalos de niño, pesan sobre mi boca abierta e insuflan mi vida de infinito poder, sabrás todos mis párrafos pues he estudiado este momento desde que te conocí, no es este un exterior hinchado por el bien de mi cerebro, ya soy mayor, es mejor que me levante y decirte adiós, te planto un beso casto en cada uno de tus carrillos por cada día que fuiste una pérdida, mientras siento la repetición de tu cifrado contoneo provocar mi muerte en vida, es el momento de tu ser, yo ni siquiera soy, mi tráquea cortada se abre  para que prosigas tu castigo en mis vacíos de locura, no hay nada nuevo que saber

No hay comentarios:

Enfermedad

  Ahora que tu vagina sangra he de decirte que te quiero y mientras el mundo explota a nuestro alrededor se me encharca el cerebro con imá...